Setos en jardines y huertos
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Por María Martín Francisco. Ingeniera Técnica Agrícola,especialista en hortofruticultura y jardinería agroecológica.

Los setos en jardines y huertos son mas que arboles y matorrales y cumplen funciones más que relevantes a la hora de proteger nuestras plantas: entre otras cosas controlan plagas, detienen el viento, favorecen la polinización, crean microclimas y forman refugios a fauna útil como pájaros, erizos y lagartos. En la edición anterior hablamos del valor que tienen y del trabajo que realizan los setos en los agrosistemas. También describimos el primer grupo de ellos, los setos leñosos, que son los que con sus ramas y tallos lignificados forman leña. Hoy le toca el turno al otro grupo, a los herbáceos.

Los setos herbáceos están formados por plantas de escasa o ninguna lignificación, dependiendo de las dimensiones de la parcela. Se combinan con los setos leñosos en primera línea y en el resto de la superficie forman pasillos o corredores entre los cultivos de entre 1 y 3 metros de ancho, creando un número variable de franjas dependiendo de las dimensiones del espacio plantado. Las plantas herbáceas más comunes para hacer este tipo de setos deben tener determinadas características para obtener diversas funciones de ellos.

Hay muchas familias de plantas ideales para la formación de éstos, como pueden ser:
– Familia de las compuestas, como magarzas,margaritas, girasol, argirantemun, manzanilla, cardos, achicoria, caléndula, tajetes, etc.
– Familia umbelífera como hinojo, cilantro, perejil, eneldo, apio, etc.
– Familia de las leguminosas, como habas, altramuces, judía de olor, vezas, lentejas, cacahuete, guisante de olor, etc.
– Familia de las gramíneas, como el millo, cebada, avena, trigo, etc.
– Familia solanácea, del género nicotiana, como el palán-palán y el tabaco; y del género capcicum como el ají.
– Familia de las borragináceas, como el bórrago, el heliotropo, la pulmonaria, género echium.
– Familia escrofulariácea, como la boca de dragón o conejito.
– Familia de las labiadas, como la lavanda, el romero, menta, salvia, orégano, albahaca y tomillo.
– Familia de las liliáceas, como el ajo, cebolla, ajetes, cebollino, etc.

Estos setos se caracterizan por tener flores que atraen insectos, la mayoría de los cuales se alimentan de los que denominamos “insectos plaga”, controlando así los umbrales de población y manteniendo el equilibrio de las especies. Además, sin la existencia de estos setos “refugio”, los insectos depredadores desaparecerían en cuanto la plaga fuera exterminada o el cultivo retirado; pero esto no ocurre porque siempre queda una población que vive en los setos y se alimenta tanto de polen como de otros insectos con los que conviven. Por lo tanto, estas flores sirven de alimento alternativo a estos depredadores en otras fases de su vida. Por otra parte, las flores también atraen a abejas que liban en ellas, arañas, pájaros y lagartos.

Los setos herbáceos tienen otras características que los diferencian de los leñosos, como pueden ser:
– la incorporación de materia orgánica cuando los segamos (abono verde).
– el antagonismo con otras plantas no deseadas en el cultivo.
– la potenciación del nitrógeno en el suelo, necesario para un buen desarrollo de las hojas y partes aéreas del cultivo.

La utilización de los setos ha dado buenos resultados en plantaciones como la viña, los olivares, fresas, tomates, berenjenas, papas, pimientos, plataneras, manzanos, perales, etc. También se reincorporan zonas de “no cultivo” al entorno, dentro y fuera de las parcelas, colaborando con la recuperación de un hábitat muy importante para aves e invertebrados sobre la superficie del suelo, y enriqueciendo con ello también la microfauna que habita la atmósfera interna del mismo.

Enlaces:- La importancia de los setos en los cultivos (primera entrega)

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