Casi todos los países han firmado este acuerdo, que en principio parecería histórico. 195 mandatarios se han puesto de acuerdo sobre algunas cuestiones cruciales para detener el cambio climático, que nos lleva inevitablemente al ecocidio en poco tiempo.
El gran objetivo deseado: no permitir que la temperatura de la Tierra supere los dos grados centígrados con respecto a las temperaturas de la época preindustrial, hecho que de producirse traería semejantes cambios que la vida en el planeta sería imposible. Está escrito y firmado que todos deberán hacer esfuerzos para incluso no llegar ni siquiera al grado y medio. Pero lo que pocos dicen es que en esa escala ya vamos por un aumento de 0,84 º C con respecto a las temperaturas de la época a la que hacemos referencia. Todos sabemos que las cumbres anteriores (1) sólo han servido para firmar montones de compromisos y asumir reducciones de gases de efecto invernadero que luego nadie cumple, y ni tampoco se aproximan de casualidad a los objetivos comprometidos. Este problema es mayor para los paises industrializados del norte, que son los grandes contaminantes y responsables del cambio climático, sitios del mundo en donde no se para ni de producir ni de consumir con todos los desarreglos ambientales que sabemos que estas actitudes traen aparejadas. Son muchos los entusiasmados que recalcan que de todas las cumbres climáticas esta es la primera en ser vinculante, o sea que las decisiones tomadas en París tendrían carácter obligatorio también para los más ricos, pero …
¿No son esos mismos países los que, a lo largo de la historia de las Naciones Unidas, más violan e incumplen o vetan con total impunidad los tratados más importantes de la humanidad?
¿Qué razones tenemos ahora para pensar que en esta ocasión será diferente? ¿O es que en la cumbre anterior tanto EE.UU. como Rusia, China, Alemania, Francia, Japón o Inglaterra no tenían información sobre lo que se nos venía encima?
Otro punto fundamental firmado y aprobado en la cumbre habla de la creación de un fondo anual de 100.000 millones de dólares, que crearían los países desarrollados para después “cederlos gentilmente” a los países pobres del sur para que puedan adaptarse a los cambios y desastres que se avecinan en sus territorrios. Y al llegar al artículo 4 que habla de la reducción real de emisiones de los más pudientes, nos encontramos con una sorpresa: a último momento el país anfitrión decidió sutilmente cambiar la conjugación del verbo deber: donde siempre había dicho “deberán” (obligatoriamente), pasó a decir “deberían”, alegando que “fue un error involuntario a la hora de plasmar el texto”. Fue recién entonces, casi en tiempo fuera de juego, que EE.UU. decidió firmar…
(1) -1992, Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro. -1997, Protocolo de Kioto. -2009, Cumbre en Copenhague. -2012, Cumbre en Doha.
Una muy buena noticia
Investigadores británicos acaban de probar que la ampliación del agujero en la capa de ozono se ha detenido. Y no sólo eso, sino que parecería que también empieza a recuperarse. Es un hecho muy importante ya que demuestra que cuando las cosas se hacen bien, dan resultados, y que de someternos a los dictámenes de muchos climatólogos, que hablan de parar la quema de combustibles fósiles dejando de emitir gases de efecto invernadero, la detención del cambio climático todavía sería posible. Allá por los años 80 varios científicos dieron la alarma, ya que dicha capa de la estratosfera es la encargada de filtrar los rayos ultravioletas nocivos para la vida en la tierra. De no haber actuado, la capa de ozono hoy en día estaría reducida en un 40% sobre el polo sur y se habría abierto otro agujero sobre el polo norte. El cáncer de piel tendría niveles inimaginables y los ecosistemas de la Tierra estarían destruidos.
En ese momento se descubrió que los clorofluorocarburos (CFC), presentes por ejemplo en aerosoles, espumas aislantes y gases utilizados en los frigoríficos, eran los responsables del problema. Muchos países tomaron conciencia de la gravedad del asunto y en 1985 firmaron en Viena un Convenio para la Protección de la Capa de Ozono. Las empresas involucradas en la producción de los CFC empezaron a trabajar y pronto encontraron sustitutos, como los hidroclorofluorocarburos (HCFC) y los hidrofluorocarburos (HFC).
Más tarde, en 1987, en Canadá se firma otro tratado por el cual los firmantes se comprometen a reducuir y después a prohibir estas sustancias, e imponen diferentes plazos para cada lugar. Años después se refuerza este convenio con distintas enmiendas y es así como se llega a reducir hasta el 98 % de las SAO (Sustancias que Agotan la capa de Ozono).
Fuentes: Le Monde diplomatique en español, Organización Meteorólogica Mundial-Programas de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).