Ya comenzó el verano, con ello el aumento de las temperaturas, ¿y que mejor manera de pasar los calores sino al lado del mar? Pues además son nuestras costas un buen lugar para la observación de aves marinas y costeras, tan sólo hay que prestar un poco de atención a lo que vemos para darnos cuenta la gran diversidad que existe en la isla. Ya sea en lugares rocosos o arenosos e incluso paseos marítimos, podemos descubrir una variedad de pajarillos de lo más variopintos.
En este número quisiera hablar de uno de ellos, el Chorlitejo Patinegro (Charadrius alexandrinus) que se incluye dentro del grupo de los limícolas (aves que se alimentan en el limo), y es una de las pocas aves costeras que cría en la isla, porque muchas otras se pueden encontrar todo el año pero no nidifican, sino que migran a otros lugares para hacerlo.
El Chorlitejo Patinegro es un pequeño ave que se distribuye por todas las islas del archipiélago y que podemos encontrar en diversos ambientes como playas, bajíos costeros, saladares, salinas…e incluso en lugares de agua dulce como barrancos, o charcas. Tiene una amplia distribución a nivel mundial, y aquí en las islas se pueden observar en todas pero sólo se conoce su nidificación en Tenerife, Gran Canaria, Lanzarote, y Fuerteventura. Aunque en el pasado era un ave muy habitual, en la actualidad ha desaparecido de varias localidades y en la mayor parte de las islas presenta una distribución irregular, siendo la majorera la que alberga el mayor número de efectivos.
Para identificarlo hemos de fijarnos en sus largas patitas que son de color negro, de ahí su nombre, característica que lo diferencia de otros chorlitejos. Esta limícola es pequeña, de unos 15 cm de longitud, con movimientos nerviosos, de pico cortito, con cuerpo de color blanco, alas marrón-grisáceas y manchas en la cabeza, que son negras en los machos y canelas en las hembras. Los machos además en periodo nupcial presentan un color grisáceo-rojizo en el píleo (coronilla). Ambos tienen un collar que no termina de cerrarse en la parte del pecho, otro detalle que nos sirve para ubicarlo.
En Fuerteventura los podemos observar especialmente en el jable de Jandía, donde se han llegado a contabilizar en la playa de sotavento hasta 300 individuos. También es fácil encontrarlos por la zona de las Salinas del Carmen y desembocadura del barranco de la Torre, así como por toda la franja norte de los bajíos desde Cotillo a Corralejo. Las poblaciones canarias se consideran sedentarias, pero llegan a realizar ciertos desplazamientos, como pueden ser entre islas; es más, las aves que crían en el islote de Lobos se consideran ejemplares de Fuerteventura ya que se han verificado estos desplazamientos.
También llegan Chorlitejos continentales en épocas de migración. Son aves que guardan gran fidelidad a las zonas de cría. La mayoría de las puestas tienen lugar entre marzo y mayo, pudiendo realizar de 2 a 3 en casos de mortandad de los pollos. Ponen generalmente 3 huevos en nidos que son simples depresiones en suelos arenosos o terregosos. En las salinas se han encontrado las puestas en las paredes que las delimitan e incluso sobre la sal. Son posibles los casos de poligamia, como se constata en otras zonas de cría, porque por lo general hay mayor número de machos que de hembras.
Los pollos, como todos los limícolas, son muy activos nada más nacer y se alimentan por si solos, aunque permanecen al cuidado de sus progenitores durante aproximadamente un mes. Se alimentan a base de pequeños invertebrados como moluscos, crustáceos, lombrices, insectos… lo hacen tanto en costa como en el interior, y sus periodos de alimentación como de descanso se relacionan con los ciclos de las mareas. Captura sus presas gracias a su velocidad: las localiza, corre rápidamente hacia ella, la captura y se detiene, buscando una nueva presa para repetir la operación.
La estima mas reciente para los Chorlitejo Patinegro en Canarias, asciende a 250-1.000 parejas (Birdlife Internacional, 2004) aunque es evidente el declive de esta especie, sobre todo en Tenerife y Gran Canaria, donde cada vez quedan menos zonas donde se encuentren estas aves, llegando incluso al borde de la extinción. Las principales amenazas para ellos, que podemos incluir junto a otras aves costeras, son la pérdida del hábitat y las molestias derivadas de los intensos usos recreativos de costas y playas, además de la destrucción de nidos por pisoteo porque pasan desapercibidos, o su depredación por gaviotas, gatos, ratas…. Sin olvidar la urbanización del litoral, así como el abandono de las explotaciones salineras tradicionales, son causas que provocan el deterioro de estas poblaciones. Están incluidos en el Libro Rojo de las aves de España en la categoría de “Vulnerable”.
Espero que la próxima vez que vayan a la costa, tengan la suerte de ver e identificar como tal a un Chorlitejo Patinegro, o quizás a un Vuelvepiedras, un Zarapito, un Chorlitejo grande, un Correlimos tridáctilo…aves que nos acompañan al lado del mar y que muchas veces pasan desapercibidos.